Qué comer en otoño e invierno: verduras y frutas que dan salud y energía

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Anonim

El final del otoño y el invierno son tiempos difíciles para nuestro cuerpo. Entonces vale la pena buscar frutas y verduras que nos den energía y fortalezcan nuestra inmunidad. Aconsejamos cuáles son especialmente útiles.

Con el final del verano, también termina la época de abundancia de frutas y verduras, por lo que nuestra dieta comienza a carecer de vitaminas y minerales importantes para la salud. Nos sentimos cada vez más cansados, débiles e irritables, y nuestro sistema inmunológico es menos capaz de hacer frente a las infecciones. Entonces, si queremos evitar problemas y sobrevivir en buena forma al período otoño-invierno, debemos incluir en nuestro menú diario la mayor cantidad de verduras y frutas, como manzanas, remolachas, zanahorias o repollo, disponibles en esta época del año. .

Antibióticos naturales

La cocina no debe estar completa sin productos que nos aporten una dosis diaria de energía y ayuden a combatir las infecciones. Entre ellos, uno de los primeros lugares lo ocupan el ajo y la cebolla, es decir, una excelente fuente de sustancias con propiedades bactericidas, antifúngicas, antivirales y antiinflamatorias (principalmente alicinas y fitoncidas, es decir, sustancias antibióticas naturales). Ambas verduras reemplazan con éxito a los antibióticos sintéticos, ayudándonos a combatir los resfriados y la gripe, y también a fortalecer nuestro cuerpo y protegerlo contra futuras infecciones.

Solo las personas que padecen alergias alimentarias o enfermedades del sistema digestivo no pueden beneficiarse de los beneficios de sus ingredientes. Desafortunadamente, estas valiosas verduras tienen un sabor y un olor bastante específicos, por lo que no todos son entusiastas de ellas. Sin embargo, si se preparan adecuadamente, no solo perderán su aroma desagradable, sino que también se volverán más sabrosos.

Raíces de rábano picante y jengibre

Otro vegetal con propiedades similares a la cebolla y el ajo es el subestimado rábano picante, que también contiene sustancias antibióticas naturales (fitoncidas), además de vitaminas, minerales, ácidos orgánicos y aceites esenciales. Además de propiedades bactericidas y antivirales, también tiene un efecto expectorante, por lo que su pulpa o jarabe elaborado a partir de ella se utiliza para aliviar las infecciones del tracto respiratorio superior.

En la cocina de invierno, también será útil un jengibre medicinal más exótico, pero extremadamente valioso, cuya raíz fresca no solo tiene propiedades bactericidas, sino que también calienta y estimula la circulación sanguínea, que sin duda apreciaremos cuando nos quedemos sin sol. calidez y energía. Después de pelar, la raíz se puede rallar y usar para condimentar varios platos, o cortar en rodajas y usar para hacer limonada energética con miel y limón. Las rodajas de jengibre también se pueden agregar al té, ya que son un sustituto perfecto del limón.

Jugos reales con vitaminas

Las naranjas también nos aportarán una gran dosis de energía. El jugo fresco elaborado a partir de ellos con la adición de miel, jengibre y canela es una auténtica bomba vitamínica que nos dará fuerza y energía para todo el día. La despensa de la casa también debe tener jugos de frutas, principalmente jugo de frambuesa y jugo de saúco. Ambos tienen propiedades antivirales, antibacterianas y fortalecedoras, por lo que se recomiendan para resfriados y gripes. El jugo de frambuesa es un agente calentador y diaforético, mientras que el jugo de saúco es una gran cantidad de valiosos antioxidantes y sustancias con propiedades antivirales, diaforéticas y expectorantes.

Por supuesto, los jugos caseros son los mejores, porque los que se venden bajo el lema "frambuesa" a menudo contienen menos del 1% de jugo de frambuesa. Por lo tanto, siempre vale la pena leer la composición que figura en la etiqueta.

Naturalmente, vitamina C.

En otoño e invierno tampoco debemos olvidarnos de las verduras que podemos recoger del huerto hasta la primera helada fuerte, y en ocasiones incluso hasta la primavera. Estos incluyen principalmente coles de Bruselas, lechuga de cordero y col rizada. Cada uno de ellos es un tesoro de vitaminas y minerales que podemos utilizar sin restricciones.

En invierno, nuestra mesa también debe incluir perejil valioso y valioso, que contiene mucha vitamina C y una serie de otros nutrientes. Aunque el perejil no es tan resistente a las bajas temperaturas como la col rizada o las coles de Bruselas, pero si se pica en la arena y se coloca en un túnel o en una terraza fresca y luminosa, puede proporcionarnos perejil fresco durante todo el invierno. El chucrut es tan valioso como el perejil, que es una fuente de vitamina C, vitamina B, fibra y minerales.

Además de verduras y frutas, en invierno también conviene utilizar semillas (pipas de calabaza y girasol) y frutos secos (por ejemplo, nueces), que son un tentempié ideal y saludable, que contienen mucha fibra y minerales.