El cardo mariano, como muchas otras hierbas medicinales, se conoce y se valora desde hace mucho tiempo. Sus propiedades curativas se utilizaron en la antigüedad y la Edad Media, tratándolo como una excelente medicina para el hígado.
El cardo mariano se desvaneció en el olvido durante algún tiempo, dando paso a productos farmacéuticos más convenientes y accesibles. Actualmente, sin embargo, vuelve a favorecer nuevamente, ganando cada vez más popularidad día a día. Sus propiedades curativas incluso han sido validadas científicamente y la planta se ha convertido en uno de los ingredientes básicos de un medicamento para el hígado llamado Syrimarol.
Semillas de cardo mariano medicinal: ¿en qué ayudan?
La materia prima medicinal del cardo mariano son las semillas. Se obtienen de cestas de flores maduras, se cosechan a finales de agosto y septiembre, y luego se secan en un lugar aireado y oscuro. Su composición incluye: silimarina, flavonoides, histamina, apigenina, tiramina, quercetina, azúcares, mucílagos, proteínas, ácidos orgánicos, fitoesteroles, taninos, toxifolina, vitaminas C y K, ácido linoleico y sales minerales.
El cardo mariano puede actuar en el cuerpo de muchas formas, pero se valora principalmente por sus efectos beneficiosos sobre el hígado. Las decocciones e infusiones preparadas a partir de semillas de cardo mariano tienen un fuerte efecto desintoxicante y ayudan a eliminar las sustancias tóxicas del organismo, protegiendo así al hígado del daño.
Las preparaciones de cardo mariano también tienen un efecto regenerador del hígado (por ejemplo, después de intoxicación por alcohol, cirugía), gracias a lo cual lo protegen contra enfermedades graves como ictericia, cirrosis, cálculos biliares o inflamaciones, y recuperan su eficacia después de la cirugía. Incluso muestran propiedades anticancerígenas.
Además de sus efectos beneficiosos sobre el hígado, el cardo mariano también tiene propiedades antiinflamatorias, utilizadas, entre otras, en el tratamiento del acné y la psoriasis. El cardo mariano también mejora el funcionamiento del sistema digestivo, previene las flatulencias y aumenta el apetito. Los principios activos que contiene (vitamina K, flavonoides) también ayudan a reducir el sangrado interno (p. Ej., De úlceras, colon, hemorroides) y el sangrado menstrual excesivo. La hierba también ayuda a mantener los niveles normales de azúcar en sangre y regula los niveles de colesterol.
¿Quién no debería usar el cardo mariano?
Lo más importante es que también es una hierba relativamente segura, ya que los estudios realizados hasta ahora no han encontrado ningún efecto negativo de tomar cardo mariano en las dosis recomendadas (dependiendo de las necesidades del paciente, las dosis pueden ser diferentes, pero generalmente es 1/5 taza de decocción hecha de 1 cucharadita de hierbas). y un vaso de agua dos veces al día).
Sin embargo, dado que su funcionamiento no se comprende completamente, no se recomienda el uso del cardo mariano en mujeres embarazadas, madres lactantes, niños pequeños y personas con problemas de obstrucción biliar. El cardo mariano tampoco debe usarse para tratar intoxicaciones agudas y no debe ser usado por personas alérgicas a él. La planta también puede interferir con la acción del metronidazol (un fármaco antibacteriano y antiprotozoario).

El cardo mariano como planta ornamental en el jardín.
El cardo mariano no solo es una hierba medicinal maravillosa, sino también una planta ornamental extremadamente atractiva que se puede cultivar con éxito en el jardín, porque no solo es hermosa, sino también poco exigente. Sus hojas puntiagudas en los bordes crean una roseta grande que se extiende y pueden ser una gran decoración para cualquier cama (también se ven bien como un solitario). En el exterior, las branquias tienen un patrón blanco plateado muy claro que recorre cada nervio, que es su principal adorno.
En verano (junio-julio), la planta también desarrolla flores atractivas y bastante grandes de color lila-púrpura, que recuerdan engañosamente al cardo, en un largo brote de flores. El cardo mariano puede crecer en cualquier suelo de jardín no demasiado pesado, no requiere fertilización y tolera perfectamente la sequía.
La única condición para el éxito de su cultivo es una posición soleada, porque el cardo mariano es una planta fotófila. Las semillas de cardo mariano se pueden sembrar directamente en el suelo en primavera u otoño, pero si se siembran en primavera hay más posibilidades de que se desarrollen adecuadamente y florezcan abundantemente.