Muchos jardineros creen que la cal destruye las plagas y las esporas de hongos. Sin embargo, eso no es verdad.
El blanqueo de árboles protege la corteza de las grietas en invierno. En febrero brilla más el sol, pero las noches, como en invierno, son heladas. Tales saltos de temperatura son la causa de las llamadas heridas gangrenosas en los troncos. Durante el día, los rayos del sol calientan fuertemente la corteza y los tejidos justo debajo de ella. El árbol reacciona como la primavera: comienza a crecer, lo que significa que su savia circula más vívidamente justo debajo de la corteza. Por otro lado, por la noche, cuando la temperatura desciende por debajo de cero, los tejidos se congelan y luego se abren con los jugos congelados. Muy a menudo, también hay grietas en la corteza a través de las cuales pueden ingresar microorganismos que causan enfermedades de la madera. Los árboles frutales y algunos árboles ornamentales (especialmente los jóvenes) son susceptibles a este tipo de daños: hayas, carpe, castaños, cerezos y ciruelos ornamentales. El árbol se puede proteger contra grietas. Basta blanquear los troncos y las extremidades más gruesas con cal. El color blanco refleja los rayos del sol, por lo que los troncos y ramas aligerados se calientan menos. Pintamos la corteza con lechada de lima con un pincel grueso. Las conseguimos disolviendo 2 kg de cal viva en 10 litros de agua. Vale la pena agregar un poco de pegamento de harina a esta mezcla. Esto evitará que la cal se lave con la precipitación. El factor más importante que determina la efectividad del blanqueamiento es el momento del procedimiento. Las heridas por escamas ocurren con mayor frecuencia en febrero, con menos frecuencia en marzo. Cuando el invierno es tan suave, los árboles se pueden pintar a principios de febrero, pero cuando las heladas son extremadamente severas, el blanqueamiento debe hacerse a más tardar
durante las primeras cuatro semanas del año.