Las lámparas solares no consumen electricidad, el sol las carga durante el día. Son insustituibles para la iluminación nocturna eficaz del jardín: el color de la luz se puede cambiar mediante el uso de pantallas y pantallas de colores.
Las lámparas solares son una buena propuesta cuando no hay electricidad en el jardín o por razones económicas, su uso no cuesta nada. Con su ayuda, con un poco de imaginación, puede evocar una iluminación de jardín fabulosa. Son adecuados para iluminar caminos y resaltar parterres, elementos de pequeña arquitectura o estanques.
El sol está encerrado en la batería
Las lámparas solares funcionan de manera similar a las células fotovoltaicas utilizadas en instalaciones domésticas. Captan la energía solar y la transforman en electricidad gracias a elementos fotosensibles especiales. La energía se almacena en baterías y se utiliza para generar energía después del anochecer. Las lámparas de este tipo no utilizan bombillas (consumen demasiada energía), sino diodos LED. Por eso las lámparas brillan con una luz suave y difusa de intensidad no demasiado fuerte. La luz también tiene el brillo característico de los LED: es genial.
El tiempo de iluminación de la lámpara depende de la cantidad de luz solar que ilumina la lámpara durante el día, por lo que depende de la estación y la capa de nubes. La mayoría de los productos del mercado actual tienen una batería completamente cargada durante aproximadamente 8 horas. Sin embargo, para que se llene, el dispositivo debe permanecer al sol durante todo el día. Es por eso que las lámparas solares deben instalarse solo en las partes soleadas del jardín. Una alternativa, aunque no muy conveniente, es exponer las lámparas al sol durante el día y colocarlas en lugares seleccionados antes de que oscurezca.
Reglas de uso
A la hora de comprar lámparas solares para el jardín, elija aquellas destinadas al exterior. Deben ser herméticos y estar fabricados con materiales resistentes a los daños mecánicos, la humedad y los cambios de temperatura. También es importante que la carcasa esté hecha de materiales no corrosivos. En el caso de modelos flotantes destinados a estanques, se debe prestar especial atención a la estanqueidad de la carcasa. Vale la pena elegir lámparas con un sensor de luz que encienda automáticamente la iluminación después del anochecer, para que no tenga que hacerlo usted mismo. Aunque la mayoría de los modelos se pueden utilizar durante todo el año, también en invierno conviene trasladar las lámparas a una habitación climatizada durante las heladas. Como todas las baterías, las baterías recargables integradas en las lámparas solares se deterioran rápidamente debido a los cambios de temperatura.
Al colocar lámparas solares en el jardín, vale la pena recordar algunas reglas, gracias a las cuales cumplirán adecuadamente su función.
No deben colocarse cerca de fuentes de luz, por ejemplo, farolas, porque la luz artificial evitará que se enciendan correctamente después del anochecer. La distancia entre los dispositivos debe ser de aproximadamente 1,5 m, de lo contrario interferirán con el funcionamiento de los demás. Los fabricantes suelen dar las distancias mínimas entre las lámparas, porque utilizan elementos de grabación de luz de diferente sensibilidad, y una disposición demasiado densa de los dispositivos provoca parpadeo. Para que las lámparas funcionen correctamente, lo más importante es mantener limpias las células solares. Deben limpiarse regularmente de polvo y cualquier impureza que limite el acceso de la luz solar. La suciedad provoca una menor carga de las baterías. Por la misma razón, asegúrese de que las celdas no estén cubiertas de nieve si las lámparas se dejan en el jardín durante el invierno. La pelusa blanca de la celda solar bloquea completamente la carga de la batería.